Un trabajo realizado por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (IAPUC) permite analizar lo que recibe cada eslabón por litro de leche.
«La participación del productor en el total del sistema fue para marzo de 2022 del 36,5%, +0,7 puntos por encima del mes anterior, bastante por encima de la media del 31,4%». Así comienza el informe elaborada por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) a partir de los datos recabados por IAPUC.
El porcentaje se ubica entre los mejores de los últimos años, superado en marzo del año pasado (37,6%), pero muy por encima del peor de la serie, marzo de 2016, cuando alcanzó sólo 22,4%.
El crecimiento de la participación de la producción en ese lapso de tiempo se explica por la progresiva caída de los otros dos eslabones: la industria pasó de 30,1% a 26% entre marzo 2016/22, y la comercialización de 31,8% a 21,4% en el mismo período. Lo único que se mantuvo casi estable -aunque subió levemente- fue el componente impositivo, que pasó de 15,7% a 16,1%.
Teniendo en cuenta lo mencionado precedentemente el OCLA entiende que el problema por el cual el sector no captura los precios a los que accede en mercados internacionales (US$ 45) «es producto de interferencias que impiden que la cadena se apropie del valor que genera. Esas interferencias son de variada índole e impacto: controles de precios domésticos de los productos lácteos, caída del poder adquisitivo de los consumidores, primarización del consumo, productos alternativos, informalidad impositiva (posiblemente el más grave de todos ellos por su crecimiento), derechos de exportación, bajas de reintegros, entre otras».