Trigo: estiman un 10% más de superficie sembrada en la zona núcleo

El alza de su precio y la baja en el valor de la urea son las principales razones que alientan a los productores de la región núcleo a aumentar la superficie.

El último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostiene que la precampaña fina arranca con señales positivas ya que podría aumentar su superficie sembrada al menos un 10% respecto al año pasado, con posibilidades de que ese crecimiento se extienda si se confirman nuevas mediciones satelitales.

La intención de siembra, que venía en baja por precios poco atractivos y costos elevados, hoy encuentra un escenario más favorable. En la campaña anterior, el trigo ganó terreno sobre el maíz por factores como el encarecimiento de este último debido a problemas sanitarios como el spiroplasma, y por una mejora inesperada en la relación insumo/producto. Así, el área triguera en la región núcleo trepó un 28% y superó 1,28 millones de hectáreas.

Entre lo que juega a favor del trigo este año hay que nombrar: excelentes reservas de humedad, los 1ros rindes de la cosecha de soja de 2da que están sorprendiendo por sus buenos valores, un invierno que se proyecta “Neutral” en el Pacífico, la actual relación entre trigo/urea y los malos resultados que tuvo el maíz sobre todo en el NE de Buenos Aires.

Y entre lo que amenaza al cultivo, se destacan: aunque los márgenes son mejores que hace un año, los valores resultan ajustados y los rindes de indiferencia son ligeramente mayores. Por último, está incertidumbre con los precios de los fertilizantes fosfatados.

Por ahora, la región núcleo sembraría 1,53 M ha de trigo. Pero hay otro dato que también podría modificar este guarismo y es que se están terminado de hacer trabajos satelitales que estarían mostrando que el año pasado se sembró más trigo del que se estimaba.

Por otro lado, los números para la precampaña triguera muestran márgenes ajustados. El margen bruto —ingresos menos costos, antes de impuestos— se ubica en 185 US$ /ha. Sin embargo, al computar los tributos, el margen neto en campo propio se reduce a 121 US$/ha. En cambio, bajo condiciones de alquiler, la renta es negativa: cae a -28 US$/ha.

Ahora bien, si se analizan los rendimientos de indiferencia y se los compara con el ciclo pasado, la tendencia es similar. En campo alquilado se necesitan 41 qq/ha de trigo para empezar a generar una renta positiva; hace un año, esa cifra era levemente menor: 39 qq/ha. En campo propio, el umbral también se movió hacia arriba, pasando de 33 a 34 qq/ha.

El mayor peso en la estructura de costos sigue estando en los insumos. Se requieren 13,8 qq/ha solo para cubrirlos, de los cuales 10 qq/ha corresponden a fertilizantes (6 qq/ha son de urea, valuada en 530 dólares por tonelada). En el caso de los campos arrendados, a ese costo se le suma el valor del alquiler, que representa 9,8 qq/ha. Con márgenes tan ajustados, cada decisión técnica pesa, y el trigo vuelve a mostrar que es un cultivo de estrategia fina.

Por último, la relación trigo-urea mejora ya que la fertilizante cotiza por debajo del promedio de los últimos cuatro años ubicandose en 530 US$ por tonelada, bastante por debajo del promedio de los últimos cuatro años, que alcanza los 748 US$. Esto baja mejora la relación de intercambio con el trigo, una variable clave a la hora de definir las dosis de fertilizante en la precampaña.