El informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis destacó que hay un incremento de la plaga en las zonas del litoral, mientras que en las principales regiones maiceras hay ausencia de la misma.
La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis publicó su decimosegundo informe de situación de la plaga a nivel nacional, la cual muestra un incremento de la presencia de chicharritas en el país, debido a las condiciones climáticas. Igualmente, en las principales regiones maiceras del país predomina la ausencia de la plaga.
De esta manera, en la región del NOA, la situación se muestra relativamente estable, similar a la registrada en el décimo informe. El 58% de las localidades registró ausencia de Dalbulus maidis, un 33% tuvo presencia de adultos en la categoría más baja (1 a 4 chicharritas por trampa), y hubo un ligero incremento de trampas con entre 5 y 20 adultos en algunas localidades.
Por su parte, en el NEA, la otra región endémica, aunque el 57% aparece libre de chicharrita, hubo un aumento relevante de las localidades donde se detectaron entre 5 y 20 adultos por trampa. “La falta de un manejo integral inicial adecuado ha propiciado un incremento significativo de las poblaciones del vector, especialmente en áreas críticas del noreste de Chaco y actualmente en el norte de Santa Fe”, sostiene el informe.
Mientras que en la región del Litoral se dio un avance importante de la plaga ya que aumentó la cantidad de localidades que registran presencia leve y poblaciones más altas, principalmente en Entre Ríos y Corrientes. La ausencia del vector quedó reducida al 33% de las localidades de la región.
En tanto, en las principales regiones maiceras del país predomina la ausencia de la plaga. El 74% de las localidades del Centro Norte no registraron capturas; sin embargo, aumentó el número de las que registraron el nivel más bajo (1 a 4 adultos por trampa) y el siguiente (5 a 20 adultos). La mejor situación se da en la región Centro Sur, donde el 97% de las localidades aparecen sin presencia de Dalbulus maidis.
«La coexistencia de maíces tempranos transitando la última etapa del cultivo y tardíos en estas regiones enfatiza la necesidad de intensificar las estrategias de prevención orientadas al desarrollo del vector”, indica el informe. “Es prioritario concentrar esfuerzos en un monitoreo exhaustivo de los cultivos establecidos para mitigar el impacto del vector y reducir posibles fuentes de infestación en los cultivos tardíos que se encuentran en fases vegetativas iniciales”.