Cayó 5% el uso de fertilizantes en la campaña 2023/2024

Así lo informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en función a lo registrado en los seis principales cultivos: trigo, cebada, girasol, sorgo, maíz y soja.

El impacto del clima y la rentabilidad de la producción durante la pasada campaña pegó fuerte en el uso de diferentes insumos, ente ellos fertilizantes. De tal forma, durante la campaña 2023/24, el consumo total de fertilizantes para los principales cultivos de Argentina alcanzó 3,9 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 5% en comparación con la campaña anterior.  El retroceso, detalló la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se explica principalmente por una reducción en las dosis promedio de fertilizantes fosforados en cultivos extensivos, como trigo, maíz y soja, aunque las dosis de fertilizantes nitrogenados se mantuvieron estables. Tal situación llevó a un cambio en la proporción del  mercado, con los fertilizantes nitrogenados representando un 63% y los fosforados un 37%.

Así, los cultivos de maíz, trigo y soja continuaron concentrando el 86% del mercado, como en la campaña 2022/23, aunque con una distribución interna diferente. Las mayores aplicaciones de fertilizantes se registraron en las regiones productivas clave, incluyendo Núcleo Norte, Núcleo Sur, Norte de La Pampa – Oeste de Buenos Aires y Sudeste de Buenos Aires, que en conjunto representaron el 50% del total aplicado.

En cuanto a las dosis, se observó una disminución en la fertilización nitrogenada del cultivo de girasol, un aumento en sorgo y trigo, mientras que en maíz y cebada se mantuvieron sin cambios. Por otro lado, las dosis de fertilización fosforada experimentaron descensos en trigo, maíz y soja, pero aumentaron en sorgo, cebada y girasol. Este comportamiento refleja un ajuste en la estrategia de manejo nutricional de los cultivos, probablemente influenciado por factores económicos y climáticos.

Especificando por cultivo, en soja, cuya superficie productiva abarca aproximadamente 17 millones de hectáreas, hubo una disminución promedio de 2 kg de fósforo por hectárea, lo que tuvo un impacto significativo en el volumen total utilizado. Por su parte, en el cultivo de maíz, aunque la dosis de nitrógeno se mantuvo igual que en la campaña anterior, la aplicación de fósforo disminuyó en 1 kg por hectárea, contribuyendo también a la caída general en el consumo de fertilizantes.

Asimismo, el porcentaje promedio de productores que realizó análisis de suelo previo a la fertilización disminuyó a nivel nacional, pasando del 27% en la campaña pasada al 26% en la actual, disminuyendo en todos los cultivos con la excepción del girasol.