El informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba advierte sobre los desafíos que enfrenta la producción agrícola en la provincia, con factores climáticos y económicos que inciden en los rendimientos.
El ciclo agrícola estival 2024/25 en Córdoba avanza con numerosos desafíos que ponen en jaque la definición de los rindes. Factores como el clima, la volatilidad en los precios de los granos, la rentabilidad ajustada y la presencia de plagas han generado incertidumbre desde el inicio de la campaña. En este contexto, la provincia se encuentra en pleno periodo crítico para determinar la producción de los principales cultivos de verano.
A pesar de la retracción del área sembrada con maíz y soja, la superficie total de cultivos estivales en Córdoba se mantiene dentro del promedio de las últimas campañas, alcanzando las 7,6 millones de hectáreas. Actualmente, la soja temprana, el maíz tardío, el sorgo y el maní transitan una etapa clave para definir su rendimiento, mientras que el girasol ya superó esta fase con buenos resultados.
Condiciones climáticas y su impacto en los cultivos
El monitoreo satelital mediante el índice NDVI ha permitido identificar el impacto de las condiciones climáticas adversas sobre la vegetación. Entre el 14 de enero y el 14 de febrero de 2025, las anomalías negativas en la cobertura vegetal se concentraron en el sur y este de la provincia, reflejando los efectos de las precipitaciones escasas y las olas de calor.
Desde el 1 de enero hasta el 10 de febrero, la distribución de lluvias fue sumamente irregular. Mientras que algunas zonas del norte y sureste recibieron más de 150 mm de precipitaciones, en el resto de la provincia los valores fueron notablemente inferiores. Además, los cultivos debieron afrontar tres olas de calor, el 16 de enero, el 3 y el 10 de febrero, lo que incrementó el estrés hídrico. En algunas regiones, como el norte cordobés, la acumulación de temperaturas superiores a 35°C superó las 145 horas en 40 días.
Escenario productivo y perspectivas
A pesar de estas dificultades, el primer cálculo de cosecha para los cultivos estivales en Córdoba proyecta una producción de 30,4 millones de toneladas. Sin embargo, aún resta un período crítico antes de la cosecha, que comenzaría a fines de marzo. Según el pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional, se esperan precipitaciones dentro de los valores habituales y temperaturas superiores a lo normal hasta abril.
Ante este escenario, el monitoreo continuo de los cultivos y la actualización de estimaciones resultarán fundamentales para evaluar con precisión el impacto de las condiciones ambientales en la producción final de la campaña.