Desde Las Flores, en provincia de Buenos Aires, Lácteos La Delfina se especializa en la producción de lácteos a base de leche de búfala, un producto de alta calidad con creciente aceptación en el mercado argentino y con la mirada puesta en la exportación.
En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Las Flores, Lácteos La Delfina está demostrando que la leche de búfala, un producto poco conocido en Argentina, es una alternativa de calidad superior a la tradicional leche vacuna. Con un moderno tambo y un sistema de ciclo completo de producción, la pyme dirigida por Carlos Noguera se ha posicionado como pionera en el país en la elaboración de productos lácteos derivados de esta leche.
La historia de La Delfina comienza en 2015, cuando Noguera y su familia decidieron experimentar con la lechería de búfalas, basados en las experiencias y conocimientos adquiridos durante sus viajes al exterior. “Mi padre, junto con mi abuelo, siempre se dedicaron a la cría de búfalos en el norte del país, por lo que nos propusimos iniciar este proyecto”, explica Noguera. En sus inicios, la empresa comenzó con solo dos búfalas, dos ordeñadoras y una olla para hacer dulce de leche.
Hoy en día, La Delfina es la única empresa argentina que elabora yogurt, quesos, mozzarella, dulce de leche y otros lácteos a partir de leche de búfala. Con una planta industrial de 450 metros cuadrados, la firma procesa 1200 litros de leche diarios, y sus productos se destacan por su calidad artesanal. Según Noguera, la mozzarella de La Delfina es reconocida como la mejor del país, mientras que el dulce de leche se elabora con azúcar orgánica utilizando una técnica artesanal que lo convierte en un producto único.
A pesar de que el mercado de lácteos de búfala en Argentina sigue siendo incipiente, la demanda está creciendo. “Estamos viendo un incremento sostenido en el interés por nuestros productos, especialmente gracias a su calidad superior”, afirma el fundador de la empresa. La comercialización se realiza principalmente a través de su tienda online y en diversas cadenas de hoteles, aunque también están comenzando a expandir su presencia en supermercados.
El atractivo principal de la leche de búfala es su calidad nutricional. Con tres veces más materia grasa y el doble de sólidos que la leche vacuna, la leche de búfala aporta un 40% más de calorías y una mayor cantidad de proteínas. Además, tiene una menor cantidad de lactosa, lo que la convierte en una opción para quienes no toleran la leche de vaca. Según Noguera, la leche de búfala es visiblemente más blanca, brillante y dulce, lo que la hace ideal para la elaboración de productos lácteos de alta gama.

Con un rodeo de 150 búfalas en ordeñe, La Delfina trabaja bajo un sistema de alimentación natural y balanceada. “Las búfalas se alimentan principalmente de pasturas implantadas, como alfalfa, y en invierno se les complementa con silo de maíz y pasturas más cortas como trigo y avena”, explica Noguera. Este enfoque en la alimentación, junto con la dedicación artesanal en la producción, es lo que permite ofrecer productos con un sabor y textura inigualables.
En cuanto a sus planes a futuro, La Delfina tiene claro que su objetivo es seguir creciendo, tanto en volumen de producción como en calidad. “El mercado argentino nos está pidiendo más presencia y, además, estamos evaluando la posibilidad de exportar nuestros productos”, señala Noguera. La empresa, que cuenta con un operario por cada 250 litros de leche procesada, se distingue por su enfoque artesanal en cada etapa del proceso.
A medida que la demanda por productos de leche de búfala sigue en ascenso, Lácteos La Delfina se consolida como un referente de innovación y calidad en el sector lácteo argentino, llevando adelante la misión de mostrar a los consumidores las ventajas de una leche más saludable, nutritiva y deliciosa.